El final es lo que cuenta


Cuando abrimos un libro, las primeras líneas y nosotros compartimos la impaciencia de iniciar una relación inolvidable. Las palabras, ansiosas por seducirnos, inoculan los gérmenes del relato, desencadenan las claves de un universo por explorar, crean una expectativa de disfrute que nos unirá al relato hasta el final, e incluso más allá de él.
Pero yo prefiero los finales, se anuncian a sí mismos por los pocos párrafos que quedan, contienen una emoción auténtica, que no necesita artificios, porque casi todo ya está dicho. Las últimas frases de cualquier relato adquieren resonancia por el simple hecho de ser las últimas. produciendo muchas veces una extraña sensación de pérdida, la de una historia que ya es nuestra y que se nos escapa. Pero por ser últimas no son necesariamente las definitivas; en ocasiones dejan abierta la posibilidad de continuar, en otros libros, en otro tiempo, en una impalpable dimensión literaria.
Este proyecto es un viaje al mundo de los finales, de los epílogos, de las últimas palabras. El orden es el arbitrario que adoptan los libros en sus estanterías. Si a alguien le inspira una nueva lectura, cumplirá su objetivo: la reencarnación de un final en el inicio de otra aventura.

16.7.10

Bowles, Paul - El tiempo de la amistad (1962)

Trad. Héctor Silva
""Tal vez otro año", había dicho el capitán. Fräulein Windling vio reflejada en el cristal de la ventanilla oscurecida la mueca de su propia desesperanzada sonrisa. Quizás Slimane fuera a contarse entre los afortunados, las bajas tempranas. "Si al menos la muerte fuera una certidumbre absoluta en tiempos de guerra", pensó con gesto torvo, "la espera no sería tan penosa." Escorado y quejumbroso, el tren comenzó su largo ascenso por la meseta."
Este relato resume toda la sabiduría literaria de Bowles en unas pocas páginas excepcionales. Su nihilismo relata una historia tal como es, describe el drama tenebroso del corazón humano en su justa dimensión de fragilidad y angustia, asumida por los protagonistas del cuento sin excesos dramáticos. Si te gusta este cuento, te gustará "El cielo protector".



15.7.10

Perec, Georges - Un hombre que duerme (1967)

Trad. Mercedes Cebrián
"No. Ya no eres el dueño anónimo del mundo, aquél sobre el que la historia no tiene peso, el que no sentía caer la lluvia, el que no veía llegar la noche. Ya no eres el inaccesible, el límpido, el transparente. Tienes miedo, esperas. Esperas, en la place Clichy, a que la lluvia deje de caer."


Melanie Decroix lit un bout du livre de Georges Perec " Un homme qui dort" avec une musique d'Archie Shepp, film de Jorge Amat:



Maugham, W. Somerset - Ars longa, vita brevis (The Alien Corn)


"Los criados se sorprendieron de pronto al oir un disparo. Cuando entraron en la armería vieron a George tendido en el suelo con el corazón atravesado por una bala. Al parecer, la escopeta estaba cargada, y George, manipulando con ella, la había disparado accidentalmente. Con frecuencia nos enteramos por los periódicos de sucesos de esta clase."
Tuve un amigo al que le pasó exactamente el mismo accidente, pero los que le conocíamos siempre hemos sospechado que la escopeta nunca apuntó casualmente a su pecho.

Zweig, Stefan - La resurrección de Georg Friedrich Händel

"Su cuerpo macizo estaba tendido e inmóvil en el lecho, como un envoltorio pesado. Pero así como en la concha vacía resuena el mar, así le resonaba interiormente una música más extraña y hermosa que cuantas jamás había oído. Su crescendo impetuoso separó poco a poco el alma del cuerpo desfalleciente para llevarla al infinito, marea tras marea: sonido eterno hacia la esfera infinita. Y al día siguiente, antes de despertar las campanas de Pascua, murió lo que había quedado de mortal en Georg Friedrich Händel."

14.7.10

Savage, Sam - Firmin (2006)

Trad. Ramón Buenaventura
""... Estoy desvaneciéndome. ¡Oh amargo final! Nunca lo verán. Ni lo sabrán. Ni me echarán de menos. Y es vejez y vejez es triste y es vejez es triste y es cansancio." Miraba estas palabras y no bailaban ni se emborronaban. Las ratas no tienen lágrimas. Seco y frío era el mundo, y bellas las palabras. Palabras de partida y adiós, de adiós y hasta la vista, del pequeño y del Grande. Plegué de nuevo aquel pasaje, y me lo comí."



Roth, Philip - La Humillación (2009)

Trad. Jordi Fibla
"Si ella pudo hacer eso, yo puedo hacer esto.
Al final de la semana, cuando la señora de la limpieza descubrió el cadáver había una nota de nueve palabras a su lado. "Lo cierto es que Konstantin Gavrilovich se ha suicidado." Eran las últimas palabras de La Gaviota. Lo había llevado a cabo, el prestigioso actor teatral, en otro tiempo tan aclamado por su fuerza dramática, que en sus buenos tiempos reunía a un público que acudía en masa para verle actuar.
Roth narra una historia de autodestrucción, de la devastación que se produce cuando los referentes personales se diluyen en la nada.