El final es lo que cuenta


Cuando abrimos un libro, las primeras líneas y nosotros compartimos la impaciencia de iniciar una relación inolvidable. Las palabras, ansiosas por seducirnos, inoculan los gérmenes del relato, desencadenan las claves de un universo por explorar, crean una expectativa de disfrute que nos unirá al relato hasta el final, e incluso más allá de él.
Pero yo prefiero los finales, se anuncian a sí mismos por los pocos párrafos que quedan, contienen una emoción auténtica, que no necesita artificios, porque casi todo ya está dicho. Las últimas frases de cualquier relato adquieren resonancia por el simple hecho de ser las últimas. produciendo muchas veces una extraña sensación de pérdida, la de una historia que ya es nuestra y que se nos escapa. Pero por ser últimas no son necesariamente las definitivas; en ocasiones dejan abierta la posibilidad de continuar, en otros libros, en otro tiempo, en una impalpable dimensión literaria.
Este proyecto es un viaje al mundo de los finales, de los epílogos, de las últimas palabras. El orden es el arbitrario que adoptan los libros en sus estanterías. Si a alguien le inspira una nueva lectura, cumplirá su objetivo: la reencarnación de un final en el inicio de otra aventura.

15.7.10

Zweig, Stefan - La resurrección de Georg Friedrich Händel

"Su cuerpo macizo estaba tendido e inmóvil en el lecho, como un envoltorio pesado. Pero así como en la concha vacía resuena el mar, así le resonaba interiormente una música más extraña y hermosa que cuantas jamás había oído. Su crescendo impetuoso separó poco a poco el alma del cuerpo desfalleciente para llevarla al infinito, marea tras marea: sonido eterno hacia la esfera infinita. Y al día siguiente, antes de despertar las campanas de Pascua, murió lo que había quedado de mortal en Georg Friedrich Händel."

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