El final es lo que cuenta


Cuando abrimos un libro, las primeras líneas y nosotros compartimos la impaciencia de iniciar una relación inolvidable. Las palabras, ansiosas por seducirnos, inoculan los gérmenes del relato, desencadenan las claves de un universo por explorar, crean una expectativa de disfrute que nos unirá al relato hasta el final, e incluso más allá de él.
Pero yo prefiero los finales, se anuncian a sí mismos por los pocos párrafos que quedan, contienen una emoción auténtica, que no necesita artificios, porque casi todo ya está dicho. Las últimas frases de cualquier relato adquieren resonancia por el simple hecho de ser las últimas. produciendo muchas veces una extraña sensación de pérdida, la de una historia que ya es nuestra y que se nos escapa. Pero por ser últimas no son necesariamente las definitivas; en ocasiones dejan abierta la posibilidad de continuar, en otros libros, en otro tiempo, en una impalpable dimensión literaria.
Este proyecto es un viaje al mundo de los finales, de los epílogos, de las últimas palabras. El orden es el arbitrario que adoptan los libros en sus estanterías. Si a alguien le inspira una nueva lectura, cumplirá su objetivo: la reencarnación de un final en el inicio de otra aventura.

4.7.10

Bolaño, Roberto - 2666 (2004)

Uno:
"Y esto es todo, amigos. Todo lo he hecho, todo lo he vivido. Si tuviera fuerzas, me pondría a llorar. Se despide de ustedes, Arturo Belano."

Otro:
"El caballero suspiró, debía de rondar los setenta años, y luego dijo:
-Vaya legado más misterioso, ¿no cree usted?
-Sí, sí, en efecto, así lo creo -dijo Archimboldi mientras se levantaba y se despedía del descendiente de fürst Pückler.
Poco después salió del parque y a la mañana siguiente se marchó a México."
Bolaño es mi mayor descubrimiento de los últimos años, pertenece a esa rara clase de escritores irresistibles de los que tienes que leerlo todo.

No hay comentarios: